Se entiende por adolescencia el período del desarrollo humano posterior a la niñez y hasta o antes de la edad adulta, durante el cual se producen los cambios fisiológicos, sexuales, sociales y psicológicos necesarios para formar un individuo socialmente maduro y preparar el organismo para la reproducción.
El comienzo y el final de la pubertad no están absolutamente definidos, aunque el comienzo de la pubertad es el primer punto. Pero varía según el individuo y su historia, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra la edad promedio de la pubertad entre los 10 y los 19 años.
Esto quiere decir que la juventud forma parte de un período importante llamado juventud: de los 10 a los 24 años. Pero otros creen que la pubertad se puede alargar hasta los 21 años e incluso hasta los 25 años.
En cualquier caso, la adolescencia suele ser el escenario de ritos sociales celebrados en diversas culturas humanas, que las ven como los primeros pasos hacia la edad adulta y las celebran o marcan con diversos ritos de paso. Algunos ejemplos de ello son las tradicionales fiestas de quince en muchos países españoles donde las mujeres jóvenes actúan en público; o las tradiciones judías de Bar Mitzvah y Bat Mitzvah, donde los niños de 13 años y las niñas de 12 años, respectivamente, se consideran adultos.
Por otro lado, la adolescencia es un período volátil donde el estrés social y emocional lo vuelve vulnerable y peligroso. De hecho, la mortalidad juvenil aumenta con la edad y retrocede en la niñez, antes de caer bruscamente en la edad adulta.
Etapa de la pubertad
La pubertad generalmente se divide en dos etapas distintas:
- Pubertad precoz. El inicio de la primera fase está marcado por el inicio de la pubertad y el comienzo de los cambios físicos que conducen a la madurez sexual y fisiológica del cuerpo. Comienza alrededor de los 10 u 11 años (y en algunos casos tan pronto como a los 9 años) y termina alrededor de los 14 o 15 años.
- La adolescencia tardía. Esta segunda y última etapa comprende entre los 14 o 15 años de edad hasta los 19 o 20, y normalmente se caracteriza por la entrada paulatina del individuo en la adultez, sobre todo por la aparición progresiva de las características psicológicas y emocionales que la maduración implica.
Cambios físicos durante la pubertad
El inicio de la pubertad desencadena un aumento hormonal en ambos sexos que desencadena el desarrollo de características sexuales secundarias que diferencian los roles sexuales de la especie. Algunos de estos son comunes, como la aparición de vello púbico y vello corporal. En los hombres, la aparición del vello facial, el engrosamiento de la nuez de Adán y el inicio de la erección suelen marcar el primer paso de este proceso, seguido de la producción de espermatozoides y semen, la primera emisión nocturna (eyaculación involuntaria) y el crecimiento de los testículos y el pene.
Por otro lado, la voz se hace más gruesa (a veces después de un silbido) y el cuerpo se hace más grande. Para las mujeres, la menstruación y el crecimiento de los senos (seno) y el desarrollo de la glándula Bartarino responsable de la lubricación vaginal. Finalmente, después de engrosar la cadera, el labio suave y el Himen, el cuerpo ganó una forma característica de "guitarra". Cambios psicológicos durante la pubertad
Los cambios psicológicos en jóvenes de ambos sexos tienden a la formación de la identidad individual tras una socialización extrema y un proceso de duda, incertidumbre o angustia existencial. Un adolescente aprende a lidiar con sus emociones como un adulto, pero primero se ve atrapado en un torbellino de cambios emocionales.
Muchos adolescentes parecen inseguros o temerosos, fluctúan entre la euforia y la depresión y tienen fases rebeldes problemáticas. Se supone que los adolescentes "prueban" diferentes patrones de pertenencia a grupos y comunidades, lo que a menudo significa resistirse a la autoridad de los padres o los derechos familiares.
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