¿Qué es el liderazgo?
Cada uno de nosotros cree tener una idea de lo que es ser un buen líder, pero cuando se trata de definir el concepto, no es tan fácil. Para algunos, el liderazgo es la motivación, para otros los resultados y para otros la inspiración.
El liderazgo puede ser considerado también una forma de carisma natural que tienen algunas personas. Este carisma proviene de una combinación de cualidades, habilidades y actitudes. De manera que, ¿Qué tanto sabes sobre el liderazgo y el buen liderazgo de empleados?.
Reflexiones sobre el liderazgo y el buen liderazgo
Vivimos la era, la moda y el boom del liderazgo. Se escriben libros, se hacen películas y se ofrecen capacitaciones a todos los niveles. Llevamos muchos años hablando de liderazgo. No hay día en el que no me encuentre alguna referencia al respecto en redes sociales. Y yo me pregunto: después de tantos años hablando sobre liderazgo ¿ha cambiado algo? ¿Han mejorado las empresas? ¿Nuestros directivos, mandatarios y políticos son mejores? ¿Ha mejorado la gestión de personas dentro de las organizaciones?
¿Nuestros empleados están y se sienten mejor? ¿Ha mejorado el ambiente laboral? En resumen, ¿cómo es posible que después de tantos años estudiando, tratando y enseñando liderazgo apenas notemos cambios? En mi opinión, hay tres razones por las que esto es así.
Uso erróneo de la palabra líder o liderazgo
La primera, es el uso erróneo de la palabra líder o liderazgo. Tendríamos que hablar, para ser correctos del buen líder y el buen liderazgo. Todos somos líderes en mayor o menor medida.
Todos somos “guías” y “orientadores” de alguien. Desde personas que trabajan para nosotros hasta nuestros hijos, pero esto no implica que seamos buenos en ello. Líderes hay muchos, buenos líderes muy pocos.
Confusión entre liderazgo y carisma
La segunda razón es la confusión existente entre liderazgo y carisma. El diccionario nos dice que el carisma es “la capacidad que tienen algunas personas para atraer o fascinar”. Ser carismático no implica ser un buen líder, al igual que un buen líder no tiene por qué ser carismático. La atracción o fascinación por alguien no es valor suficiente para calificarlo como buen liderazgo.
Falta de criterio a la hora de definir cómo debe ser un buen líder
La tercera razón es la falta de criterio a la hora de definir cómo debe ser un buen líder. Cuando buscamos en publicaciones especializadas nos encontramos con una avalancha de aptitudes necesarias para el buen liderazgo. Credibilidad, esperanza, pasión, humildad, simplicidad, comunicación, cercanía, confianza, cooperación, anticiparse al cambio, saber delegar entre otros.
Algunos autores dan importancia a algunas de estas aptitudes, mientras que otros destacan otras. Teniendo en cuenta todo lo que se le pide a un buen líder, podríamos decir que para gestionar nuestras empresas o nuestra política lo que estamos buscando es un superhéroe.
Cómo ejercer un buen liderazgo
Esta diversidad y abundancia de aptitudes sobre liderazgo y buen liderazgo genera, en aquellas personas que buscan cómo mejorar su capacidad de liderazgo, más confusión y estrés que ayuda, ya que nunca podrán estar al nivel que se les exige. Además, la gran proliferación de libros, audios, videos y formaciones sobre liderazgo hacen que la confusión se magnifique. ¿Cuál es la formación adecuada? ¿Quién de todos los autores y divulgadores del liderazgo tiene la razón, la receta correcta?
En la búsqueda de la mejora de la gestión de recursos y personas nos hemos perdido en contenidos y divagaciones. Nos hemos quedado en la discusión sobre los ingredientes para la receta perfecta. ¿Y si nos centráramos más en hacer que en estudiar cómo hacer?
Ejercer el liderazgo no es complicado. Como se ha comentado, cualquier persona que tenga un equipo a su cargo lo estará haciendo. Ahora bien, pasar de ser un líder a ser un buen líder es más complejo. Independientemente de las aptitudes que podamos tener, de lo buenos que seamos en nuestra profesión, hay una actitud, que no aptitud, que diferencia a un buen líder de un simple líder. Esta actitud es su sincera preocupación e interés por las personas que tiene a su cargo y por el objetivo a lograr como equipo. Lo demás es añadido.
Y recuerde la próxima vez que le ofrezcan una capacitación en liderazgo, antes de aceptar, pregúntese si esta formación le hará mejor persona, si le ayudará a cuidar, proteger y guiar a su equipo y a su empresa, si le hará mejor jefe. Si esto es así acéptela ya que irá por buen camino, todo lo demás es humo.
La gestión de los recursos humanos es un área que lleva implícita la importancia en la consecución de objetivos en la empresa. Una eficiente dirección del personal conlleva un aumento de la productividad empresarial y por consiguiente un incremento de la competitividad en el mercado.
Como consecuencia de esta situación laboral, el Centro Europeo de Postgrado (CEUPE) imparte el Diplomado en Dirección de Personal, se trata de un programa formativo de alto nivel mediante el cual los participantes serán capaces de dirigir a los recursos humanos de la empresa de manera eficaz y productiva. Un programa diseñado con un enfoque empresarial, para que los estudiantes de forma eminentemente práctica sean capaces de diseñar, planificar y ejecutar políticas de dirección de personal en empresas de manera positiva.
En estos estudios se profundizarán en las dinámicas de gestión aplicadas en las empresas del siglo XXI, con técnicas adaptadas a equipos de trabajo más preparados y cualificados. Además, se trabajarán variables tan incidentes en la consecución de objetivos como la motivación, gestión del cambio o del tiempo. De igual manera, en este programa enseñaremos a los participantes a elaborar y diseñar políticas de recursos humanos del alto impacto.
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