Muchas personas lo dicen, antes de que empiece el día, ya ha terminado. La falta de tiempo no sólo puede provocar estrés, sino que también reduce su productividad. Una gestión del tiempo optimizada le ayuda a planificar correctamente el tiempo y le ayuda a alcanzar sus objetivos.
La gestión errónea del tiempo es la rutina diaria de muchas personas. Debido a una mala planificación del tiempo y a la falta de fijación de objetivos, nos precipitamos de una cita a otra, queremos hacer todo a la vez y perdemos nuestras prioridades antes de caer en la cama por la noche completamente agotados. Si no aprendes a organizarte bien y a gestionar el tiempo del que dispones, pronto no tendrás más tiempo para el ocio o las aficiones y simplemente tendrás mucha menos libertad en la vida cotidiana.
Un buen gestor del tiempo utiliza métodos para crear, de forma consciente y activa, tiempo y espacio para las cosas bellas de la vida. Algunos de estos métodos son priorizar y programar las tareas o llevar listas de control y delegar algunas tareas en el propio estilo de vida. Si tú también eres de los que no se dedican a la gestión del tiempo, estos consejos podrían ayudarte a gestionar mejor tú tiempo.
El objetivo de la gestión del tiempo es hacer primero las cosas importantes y retrasar un poco los asuntos no tan importantes. Con una autogestión adecuada, las personas pueden encontrar las respuestas adecuadas y aprender a gestionar mejor el tiempo en sus vidas. La gestión del tiempo también es una habilidad importante para el currículum en las solicitudes de empleo, y a la que los reclutadores dan mucha importancia.
Establece las prioridades: A la hora de priorizar tus tareas, ten siempre presente cuáles son las que deben realizarse con mayor urgencia. Para llevar un mejor control es aconsejable escribir una lista de tareas pendientes, anotando todas las tareas de las próximas dos semanas. Porque a menudo volvemos a olvidar rápidamente algunas de nuestras tareas.
Fíjese objetivos: Mantén tus objetivos por escrito.
Divide tareas grandes en varias pequeñas: Las grandes tareas suelen parecer imposibles o irresolubles y esto provoca presión, estrés, ansiedad o inhibe nuestra motivación. Piensa en cómo puedes dividir la gran montaña de trabajo en pequeños pasos individuales y luego trabajar en ellos poco a poco. Sé consciente de que cada pequeño paso te acerca a tu objetivo.
Monotarea: Debido a nuestro ritmo acelerado, la multitarea se ha convertido en un término común. Con la multitarea, las actividades se realizan en paralelo. Y precisamente esta circunstancia es una causa importante de estrés y errores.
Reduce las distracciones: A quién no le ha pasado que estás concentrado en una tarea importante y su equipo está conversando en un chat de grupo, cada pocos minutos después un amigo le escribe con noticias al celular, el teléfono suena etc. Cada vez que te interrumpen en tu trabajo, tardas en volver a concentrarte. Cada interrupción le cuesta una valiosa concentración y al final del día sólo consigue completar una parte de las tareas. Por eso es importante que evites las interrupciones innecesarias en la medida de lo posible.
Date un respiro: Aunque a veces te apetezca seguir adelante, las pausas son importantes. Si no las tomas, estarás desconcentrado y se producirán errores. Así que tómate un pequeño descanso con regularidad.
Delega: Esto puede suponer un enorme alivio. Por supuesto, no todo el mundo tiene la capacidad de delegar tareas. Pero, según mi experiencia, la delegación de tareas no se utiliza, o se infrautiliza, incluso por parte de quienes sí tienen esta opción.
¿Qué haces con tu tiempo actualmente?
Después de hacer una lista con todo lo que queremos cambiar, la siguiente pregunta que podemos hacernos es ¿Qué te impide tenerlo ahora mismo? o, lo que es lo mismo, ¿Qué haces actualmente con tu tiempo que te impide organizarte como te gustaría?
Para poder dar respuesta a esta pregunta habrás de analizar tu día desde la hora en que te acuestas, la hora a la que te levantas, cuál es tu rutina de mañana, qué haces a lo largo del día y cómo lo terminas.
No es suficiente con analizar de manera superficial en qué inviertes tus tardes, para saber cómo puedes encajar una nueva actividad, sino que debemos contemplar cómo es nuestro descanso, en qué momento del día somos más productivos, qué tareas necesitamos delegar, qué actividades podemos ahorrarnos, etc. Es decir, el repaso debe ser, en general, de todo el día y, en particular, de qué hacemos y cómo lo hacemos en cada momento.
De manera que, te invito a hacer una lista con todos los enemigos del tiempo que te vengan a la mente. No tienes por qué trabajarlos todos a la vez, pero es bueno observarlos y saber que están ahí. ¿Ves mucho las redes sociales? Si te llega un email, ¿interrumpes lo que estás haciendo para leerlo? Tienes rutina diaria o semanal, ¿o lo tuyo es improvisar? ¿Dejas para otro día las tareas que no te apetece hacer en el momento? ¿Sigo haciendo preguntas o ya sabes por dónde voy? No obstante, este trabajo es muy positivo para tu rutina y tu productividad, deja la frustración a un lado y ábrete a la experiencia.
La gestión del tiempo es algo sencillo como concepto, pero es mucho más complejo llevarlo a la práctica de forma eficiente. La gestión del tiempo es la forma en que decidimos utilizar el tiempo que tenemos para maximizar nuestra productividad en el logro de ciertos objetivos a corto y a largo plazo.
Todos queremos aprovechar al máximo las 24 horas que tiene el día. Sin embargo, algunas personas logran mayor productividad, éxito y calidad de vida con la misma cantidad de tiempo que otras. Por tanto, podríamos preguntarnos cómo podemos gestionar el tiempo de forma exitosa. Este conjunto de estrategias clave nos ayudará a conseguirlo.
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